Miles de tipos de silla, sartén, platos, vasos, mesas. ¿Cual es la real tarea de los objetos en la realidad actual?
Diametralmente diferente parece la perspectiva que se nos presenta hoy frente a los objetos, respecto al diseño racionalista que fue planteado alguna vez por la Ulm.
El interés en ese entonces se centró en el diseño de fabricación a gran escala, capaz de ser introducido en la vida cotidiana, priorizando la relación de uso con los productos.
Se plantea lo siguiente, “El enfoque implica una tendencia al llamado diseño de larga vida útil, los objetos desechables, de lujo, artesanales o moda quedan fuera de este principio. Se busca un orden, poniendo a los objetos en una relación en la que se condicionen mutuamente. Para lograr esto se requiere de formas básicas, sencillas y combinables”.
Poco queda de aquello, ya que cada vez nos vemos rodeados de más y más objetos, de diferente forma, color, textura, cuando muchos de ellos curiosamente sirven para lo mismo. Entonces cabe preguntarse, que acaso la estética supero la funcionalidad. O quizás los objetos son el reflejo de lo que la sociedad busca en un determinado periodo. Que será realmente lo que los rige, su utilidad práctica o el significado simbólico que puede adquirir éstos.
En una cultura material ya no existe el límite entre lo que realmente necesitamos, y lo que es solo parte del consumismo. Quizás la función de identidad que tienen los objetos, ha logrado tomar un rol protagonista en todo esto. Sólo a través de ellos, hoy logramos encontrar una real identidad para nosotros.
Entonces los objetos toman un carácter simbólico, se transforman en signos, donde en el ambiente los ensamblamos con una intención determinada, para lograr reflejar lo que queremos que las personas vean en nosotros.